Desde Fidelidade, sabemos que los seguros de vida son productos financieros diseñados por las aseguradoras para cubrir diferentes riesgos y situaciones personales a lo largo de la vida, y aunque cada persona vive unas circunstancias únicas, existe todo un abanico de posibilidades dentro de los tipos de seguros de vida, que permiten obtener protección en las distintas etapas.
Los distintos tipos de seguros de vida están proyectados básicamente para solucionar problemas económicos a través de un capital que cobra la familia o los beneficiarios por fallecimiento del asegurado, o para garantizar un capital que se recibe cuando concluye la etapa laboral, o una vez que el contrato llega a su vencimiento.
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La base principal de un seguro de vida, es que los beneficiarios designados por el tomador puedan recibir un capital en caso de muerte o supervivencia del asegurado. Entre los tipos de seguros de vida existe la posibilidad de contratar diferentes modalidades generales, que se pueden complementar con otras garantías, y que son:
Los seguros de riesgo temporales, dentro de los tipos de seguros de vida, sirven para cubrir un capital por fallecimiento, siempre que éste suceda dentro del plazo cubierto por el seguro, y en caso de supervivencia posterior, las primas pagadas quedan a favor de la aseguradora, sin reembolso.
Se trata de seguros de vida de naturaleza temporal, para cubrir el fallecimiento prematuro de los padres frente a situaciones como el período de la infancia de los hijos, la cobertura de un capital para amortizar una hipoteca, u otros créditos, mediante contratos anualmente renovables hasta un límite de años.
Aportan importantes ventajas en cuanto a la tranquilidad que ofrecen por muy bajos importes a la hora de contratar altos capitales.
Y otra modalidad dentro de los tipos de seguros de vida, que son los seguros de vida entera con los que se garantiza un capital de fallecimiento, sin plazo y durante toda la vida del asegurado, y que se pueden contratar a prima vitalicia, es decir durante toda la vida del asegurado, o a primas temporales con un límite de años. También se pueden cancelar por parte del tomador antes del fallecimiento del asegurado, rescatando el importe que corresponda.
Estos tipos de seguros de vida, se pueden utilizar para trasmitir ahorros a los herederos, o cubrir una serie de gastos entre ellos los de sepelio, impuestos de herencias, etc…
Seguros de ahorro, son otros tipos de seguros de vida, cuya finalidad es recibir un capital a la finalización del plazo pactado en la póliza o contrato, recibiendo un capital que complemente la pensión de jubilación.
Seguros mixtos, reúnen en una misma póliza de vida, un seguro de riesgo y otro de ahorro, con lo que se consigue una indemnización para los beneficiarios en caso de fallecimiento antes del término del contrato, a la vez que si se sobrevive al plazo estipulado se obtiene un determinado capital.
Seguros de rentas, garantizan una renta vitalicia que puede ser fija o variable, o una renta durante un determinado número de años, por la aportación inicial de un capital único, o el pago de primas durante un determinado plazo.
Entre los productos de ahorro que te ofrecen las compañías de seguros de vida, están los Planes de Previsión Asegurada, y Planes de Pensiones, cuyo tratamiento a nivel fiscal, puede ser ventajoso con respecto a otros productos financieros, dependiendo de las condiciones particulares de cada ahorrador, y dentro de los tipos de seguros de vida.
Según se establece la modalidad de pago de primas, existen seguros renovables anualmente, seguros con prima fija y seguros de prima única.
Los seguros de vida renovables anualmente o a prima natural, tienen una variación anual al alza del importe de la prima en función del aumento de edad del asegurado, y por tanto del riesgo cubierto, hasta un límite de edad fijado por cada aseguradora.
Este tipo de seguros de vida económicos, tienen muy bajas primas al principio, por lo que son muy recomendables cuando son contratados por personas jóvenes al depender de la edad, aumentando progresivamente con los años, mientras el capital permanece constante.
Otras posibles modalidades de contratación dentro de los tipos de seguros de vida son las que ofrecen un capital asegurado creciente a primas constantes o crecientes, (para contratar sin mucho presupuesto, e ir aumentando a medida que existe más disponibilidad económica y el riesgo crece), o en las que el capital por el contrario es decreciente y que puede también pagarse con primas constantes o decrecientes, y que puede ser útil para cubrir préstamos.
Todas las aseguradoras disponen de estos tipos de seguros de vida temporales anuales renovables, por lo que resulta muy fácil contratar seguros baratos, con primas muy económicas para garantizar tu tranquilidad y la de los tuyos.
Desde el momento en que una persona comienza a generar sus propios ingresos y a vivir de forma independiente del hogar familiar, se hace candidato a contratar alguno de los tipos de seguros de vida, ya que además éste tipo de productos llevan asociados a la cobertura principal de fallecimiento, y por insignificantes importes de primas, otras garantías complementarias como invalidez del asegurado, recibiendo habitualmente el mismo capital que se ha contratado en caso de fallecimiento, asegurando así la obtención de unos ingresos en caso de sufrir una invalidez absoluta y permanente incapacitante para realizar ningún trabajo durante el resto de su vida.
Entre los 30 y 50 años, las personas comienzan a crear su propia familia, comprando su vivienda habitualmente con un préstamo hipotecario, que obliga a pensar en proteger el hogar amortizando la hipoteca en caso tanto en caso de fallecimiento o invalidez absoluta.
También durante ésta etapa de la vida comienzan a llegar los hijos, y hay que pensar en una protección que cubra económicamente sus necesidades vitales y educación, al menos hasta la mayoría de edad.
Generalmente entre los 50 y 65 años, se suele tener un mayor desahogo que permite empezar a pensar en productos y seguros de ahorro que complementen la jubilación.
Cuando llega el momento de disfrutar de las ventajas económicas acumuladas durante la vida laboral, los seguros de ahorro se pueden trasformar en rentas vitalicias para dosificar los ingresos mes a mes y que los fondos ahorrados cubran el periodo vital restante.
Algunas aseguradoras también ofrecen seguros de vida para mayores de 65 años, aunque habitualmente las primas son muy altas.
La Ley del Contrato de Seguro, prohíbe a las aseguradoras realizar contratos de seguro a menores de catorce años, o personas incapacitadas legalmente salvo que las primas totales pagadas sean iguales o mayores que el capital de fallecimiento, para conseguir una protección total de los menores e incapacitados, que hace que éste tipo de contratos tenga una equivalencia con los seguros de decesos.
Entre los 14 y 18 años, con la firma que autoriza por parte de los representantes legales, y siendo el tomador un tercero, si es posible contratar un seguro de vida.
Además resulta muy difícil contratar una póliza de vida si se padece alguna de las tipificadas como enfermedades graves, ya que éste tipo de seguros conllevan una declaración firmada del estado de salud, para que las compañías aseguradoras puedan realizar una valoración previa del riesgo, de tal manera que si existe ocultación de datos conocidos, sobre exposición arriesgada por actividad o salud deteriorada, las aseguradoras no pagarán al asegurado el capital contratado.
Antes de firmar una póliza de vida, te conviene conocer una serie de conceptos muy importantes a la hora de designar beneficiarios, y saber quién es el dueño de la póliza.
En éste sentido, se denomina tomador de una póliza de vida, a la persona que realiza el contrato de seguro, y responde del pago de las primas.
Asegurado es la persona cuya vida se asegura, y sobre la cual se garantiza el pago de un capital. Tomador y asegurado puede ser la misma persona.
El beneficiario o beneficiarios de todos los tipos de seguros de vida, son las personas designadas para recibir la indemnización pactada en el contrato de seguro, que en el caso de supervivencia puede ser el mismo tomador y asegurado.
A la hora de firmar un préstamo hipotecario, la entidad financiera te exigirá muy probablemente un seguro de vida para garantizar que el préstamo será amortizado incluso en caso de fallecimiento, y por lo tanto te pedirá su inclusión como primer beneficiario por la cantidad de capital que pueda quedar pendiente de pago si lamentablemente se produjera el suceso asegurado.
También en éste sentido es conveniente saber que las compañías de seguros de vida ante las cambiantes condiciones de los préstamos hipotecarios en la actualidad, realizan complicados cálculos para garantizar capitales superiores que puedan cubrir sobradamente los importes de los préstamos con tipos de interés variable.
Confía los tipos de seguro de vida que quieras contratar a una compañía con más de cien años de experiencia en la atención de un incontable número de asegurados satisfechos.
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