La gestión de un establecimiento comercial, en el que por definición concurren clientes y empleados, comprende ciertos riesgos inherentes a la propia actividad, al local y a la organización del establecimiento.
Una adecuada iluminación, utilizar alfombras antideslizantes, señalizar las salidas de emergencia o instalar sistemas de detección y extinción de incendios constituyen algunas de las claves para reducir el riesgo de que se produzcan imprevistos de los que el propietario del negocio resulte civilmente responsable.
Las pólizas de seguros multirriesgo de comercio incluyen como cobertura básica la cobertura de incendios y nos permite además ampliar esta protección incluyendo la responsabilidad civil, así como otras coberturas adecuadas para la seguridad de nuestra actividad.
FIDELIDADE RECOMIENDA…
Disponer de una cobertura de responsabilidad civil amplia y adecuada a las exigencias legales en términos de capital y sublímites por víctima y a las particularidades del negocio.
Realizar una valoración adecuada de los bienes que queremos asegurar en la póliza, incluyendo la valoración de capital para continente que contemple las obras de reforma realizadas y así como el contenido, desglosado en maquinaría y mercancías
Recurrir al asesoramiento de un agente de seguros que nos explique el alcance de nuestra póliza y nos aconseje sobre las coberturas que tenemos a nuestra disposición.
Extremar la seguridad en el trabajo y tomar las correspondientes medidas de prevención es fundamental para la salud de los empleados de cualquier empresa o negocio. Pero también para la de los clientes y para la continuidad y supervivencia de cualquier comercio. Por lo tanto, estas medidas no admiten ningún momento de relajación. Por eso, realizar una cuidadosa evaluación de riesgos debe ser el primer paso para salvaguardar la seguridad de todos. Como apuntan desde la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, hay varios pasos necesarios e imprescindibles. El primero es examinar aquellos factores o elementos que podrían causar daños y determinar a quiénes les podrían afectar. A continuación, hay que evaluar los riesgos existentes (gravedad, probabilidad, etc.) e intentar disminuirlos o eliminarlos en la medida de lo posible, asignando prioridades según su importancia. Y, por último, se deben realizar revisiones periódicas, sobre todo cuando se hayan dado cambios importantes en la organización o se haya producido un accidente.
Entre los riesgos que se pueden identificar en un local se encuentran los resbalones, tropezones y caídas, que pueden producirse por un suelo sucio o por objetos mal situados. Para evitarlos, hay que conservar en orden las instalaciones, especialmente las zonas de paso, así como disponer de una iluminación adecuada. Además, las escaleras deben contar con pasamanos sólidos y si hay alfombras lo mejor es que sean antideslizantes.
Como parte de los riesgos por lo que responde el propietario de un comercio de cualquier tipo se encuentran aquellos que se derivan de los diferentes aspectos inherentes a la gestión del negocio. Por una parte, como propietario de un inmueble, existen una serie de responsabilidades de las que éste resulta civilmente responsable por los daños que el local (entendido no solo como la edificación sino también sus instalaciones) pueda causar a terceros. Por ejemplo, en el caso de que por una rotura de las cañerías produjéramos humedades en el local colindante, deberemos responder ante la otra parte por los daños producidos ya que el origen se encuentra en nuestra propiedad. Además, en la explotación del negocio existen diferentes riesgos como caídas de los clientes producidas por ejemplo por un escalón mal señalizado por las cuales ante una eventual reclamación podríamos resultar responsables, debiendo indemnizar a la otra parte por las lesiones que se hubieran podido derivar. Para con nuestros empleados, la responsabilidad civil patronal nos compromete a responder también ante eventuales indemnizaciones. Y por los bienes y servicios prestados, ante los daños que pudieran derivarse por una instalación o un producto defectuoso que produjera daños materiales o personales, debemos responder civilmente haciéndonos cargo de la indemnización que pudiera exigírsenos.
En una póliza de seguros de comercio, por lo general, la cobertura de responsabilidad civil comprende un amplio rango de situaciones de las que podamos resultar civilmente responsables. En el caso de Fidelidade Comercio, esta garantía contempla tanto la responsabilidad civil de explotación, por la propiedad del inmueble y patronal como de productos/post trabajos. Además, cuenta con coberturas expresamente diseñadas para diferentes segmentos de actividad comercial como la responsabilidad civil por daños a expedientes en oficinas y despachos, trabajos fuera de las instalaciones, responsabilidad civil de explotación por daños que se puedan producir en terrazas para el sector de la restauración o aquella que se pueda derivar por los daños producidos a los bienes de los clientes en el caso de aplicación de tratamientos en peluquerías.
Conviene tener en cuenta que en ciertos sectores como la hostelería y restauración, la ley exige que exista un seguro de responsabilidad civil de explotación que cubra un importe máximo y por víctima determinado en función de la Comunidad Autónoma donde se encuentre nuestro establecimiento. Nuestra póliza, por tanto, deberá contemplar estas cantidades y ante una eventual inspección por parte de las autoridades, deberemos presentarla para acreditar el cumplimiento de tal obligación en los términos establecidos. Recurrir al asesoramiento de un agente de seguros nos puede ayudar a garantizar que cumplamos estos requisitos. Si bien, observar las medidas de seguridad en el trabajo constituye la fórmula más eficaz para prevenir que se produzcan estas situaciones de riesgo.
Si bien existen pautas comunes a cualquier actividad empresarial a la hora de reducir los riesgos propios de un negocio, dependerá de la naturaleza de nuestro comercio que debamos prestar atención a unos u otros aspectos.
Uno de los mayores peligros en las cocinas de los restaurantes son los cuchillos, que han de guardarse en un estante adecuado o en una placa magnética montada en la pared. Pero cualquier utensilio puede ser peligroso si no se sabe manejar bien, por lo que se debe formar a los trabajadores en su uso adecuado. En el caso de establecimientos con maquinaria, es fundamental asegurarse de que todas las máquinas con las que trabajemos disponen de mecanismos de protección y comprobar que los botones de parada son de fácil acceso.
Las quemaduras suelen constituir un gran problema, no solo para los trabajadores sino también para los clientes, por ejemplo, de un restaurante. ¿Cómo evitarlas? Sirviendo los platos en una bandeja o carrito; y advirtiendo a los clientes de que están calientes. Además, los cocineros y ayudantes de cocina han de tener cuidado al levantar la tapa de las cazuelas y agarrar los utensilios calientes con paños secos.
Otro potencial riesgo que siempre acecha son las lesiones musculo-esqueléticas, que pueden producirse al transportar artículos demasiado pesados y al adoptar posturas inadecuadas. Para evitarlas, hay que mantener la carga tan cerca del cuerpo como sea posible y utilizar, cuando sea necesario, dispositivos auxiliares mecánicos.
Las sustancias peligrosas pueden causar graves lesiones y enfermedades. Hablamos de líquidos corrosivos, productos de limpieza, detergentes, lavavajillas, desinfectantes, etc. Los riesgos más comunes se derivan del contacto con la piel o los ojos, así como de su respiración e ingestión. Por eso, los trabajadores que entren en contacto con ellas pueden verse obligados a emplear equipos de protección, como mascarillas, guantes y gafas de seguridad.
El incendio merece un capítulo aparte. Es un riesgo asociado a todos los negocios, pero especialmente a aquellos que requieren el transporte de mercancías peligrosas, que acumulan productos inflamables, o que manejan gas, llamas y aceites calientes. Para evitarlo o, al menos, minimizar sus daños, se debe atender a una serie de consejos. Por ejemplo, que el transporte de mercancías peligrosas se realice de forma prudente, sin movimientos bruscos y adaptándose a la normativa vigente; que los almacenes y locales se mantengan limpios y ordenados; y los equipos eléctricos en buen estado. Además, en las cocinas es conveniente vigilar especialmente las freidoras y limpiar las campanas extractoras y los filtros regularmente.
En cualquier caso, siempre deberemos marcar las salidas de emergencia y mantenerlas libres de obstáculos. Y, por supuesto, instalar extintores y, si es posible, sistemas automáticos de detección y extinción de incendios mediante rociado de agua.
En las pólizas de seguros multirriesgo de comercio, el incendio constituye la garantía básica por excelencia, contemplando además del propio riesgo de incendio otros factores que pueden derivarse de la instalación de medidas de prevención contra incendios como el escape accidental de los sistemas de extinción automáticos, una cobertura que generalmente se encuentra incluida en la póliza como parte de la extensión de la cobertura por incendio, rayo y explosión. No obstante, debemos tener en cuenta que para obtener una cobertura integral de todos los elementos afectados en caso de incendio o escape accidental, la póliza deberá contemplar tanto el continente (es decir, el local y sus elementos fijos) como el contenido, integrado por el mobiliario y maquinaría, así como las existencias.
En ocasiones, por un afán de reducir costes abaratando el precio del seguro, contratamos pólizas que contemplan exclusivamente el capital para el continente (local) o el contenido (mobiliario, mercancías), pero no ambos. Esta configuración de nuestra póliza supone una solución válida solo en apariencia, pues, ¿quién se hace cargo de los daños a los muebles o las mercancías cuando la póliza exclusivamente incluye el local? Y por el contrario, aun no siendo los propietarios del local que ocupa nuestro negocio, ¿acaso el seguro del propietario del local ha contemplado las obras de reforma que nosotros mismos hemos financiado para dejarlo acondicionado a nuestro gusto? La instalación de probadores, las molduras de nuestro restaurante o las mamparas de las cabinas en nuestra peluquería son elementos que integran el continente, que nosotros mismos hemos financiado y que constituyen una parte esencial de lo que diferencia nuestro negocio del de los competidores. El seguro de comercio es una solución eficaz, práctica y garantizada para quedar cubiertos ante imprevistos. Pero debemos recordar que su alcance se comprende en las partidas y coberturas que incluimos en nuestra póliza. Encontrar el equilibrio entre el precio y las coberturas que nuestra póliza nos ofrece, recurriendo al asesoramiento de un agente experto si precisamos ayuda, resulta esencial para disfrutar de toda la seguridad que nuestro negocio se merece.
SOBRE FIDELIDADE. Fidelidade se integró en mayo de 2014 en el grupo Fosun International Limited, uno de los dos mayores grupos privados de china. Es la cuarta aseguradora en la península, considerando España y Portugal (donde lidera el mercado con una cuota del 28%) y una de las aseguradoras más antiguas de Europa, cuyos orígenes se remontan a 1808. Desde el año 2001, Fidelidade ha sido galardonada en Portugal con el premio Marca de Confianza que otorgan los consumidores. Dispone de una red de agencias integrada en la comunidad residente en toda la península y cuenta con un amplio catálogo de seguros de vida, hogar, automóvil, comercio y empresa entre otros.