En nuestro país aún existen muchos propietarios que no dan importancia al tema del seguro en segunda vivienda, bien porque no se lo ha exigido la entidad bancaria a la hora de firmar la hipoteca, bien porque no han tenido en cuenta una serie de aspectos fundamentales que garantizan una tranquilidad por un pequeño coste.
Dado que el seguro de segunda vivienda no es obligatorio por Ley, los propietarios de muchas segundas viviendas no las tienen aseguradas, aunque en la actualidad, cada vez es más frecuente que las entidades financieras obliguen a contratar y mantener un seguro hogar obligatorio a quienes solicitan un préstamo hipotecario para la compra del apartamento de la playa, o el chalet de fin de semana, durante toda la vigencia del préstamo, ya que con ello tratan de proteger contra la desaparición por siniestro, el bien que constituye la garantía principal del préstamo hipotecario.
Por eso en Fidelidade, queremos dedicar éste artículo para explicarte, por qué es tan recomendable dedicar un pequeño gasto del presupuesto doméstico a garantizar una serie de coberturas, que como propietarios serán exigibles en caso de que se produzcan determinados daños a terceros o a las propiedades de estos, además de proporcionar tranquilidad evitando en muchos casos importantes desembolsos por siniestros sobre el propio inmueble.
Pero antes de nada, vamos a ver que consideran las aseguradoras de casas como “segunda residencia”:
Una segunda residencia es aquella vivienda que no se habita más de unos pocos meses al año en total (por lo general tres meses, aunque en Fidelidade quedan cubiertas las que solo están habitadas un mes al año). Pueden ser tanto casas en un pueblo, como chalets en el campo, apartamentos de playa, etc.
Como acabamos de comentar, la segunda vivienda no es el domicilio donde se está todos los días, y dado que no es la vivienda habitual, es muy frecuente que se puedan producir desperfectos durante períodos más o menos largos en los que al no habitar estas residencias, no se es consciente de lo que en ellas puede estar sucediendo.
Precisamente la falta de ocupación permanente, favorece el que éste tipo de viviendas sean un blanco muy fácil para ladrones, y gamberros que ocupan su tiempo en destrozar las propiedades ajenas, lo que hace incluso más necesario contratar seguro de hogar.
Contra lo que se pueda pensar sobre la importancia que se concede a la segunda propiedad, que quizá es un inmueble heredado con cierta antigüedad y deterioro, o en el que no se conservan los objetos de valor, siempre en los actos de intento de robo se producen rotura o daño a las cerraduras, cristales, o ventanas que dejarán posteriormente el inmueble a merced de cualquiera que quiera entrar, incluyendo roedores, pájaros, o gatos que anidarán sin problemas generando un mayor número de problemas y gastos para los propietarios que no disponen de un seguro hogar.
Pero dentro de los posibles escenarios que generan responsabilidad exigible a cualquier propietario de un inmueble, y hacen tan necesario disponer de un seguro de segunda vivienda, y otras, está la cobertura de siniestros reclamables por responsabilidad civil, concepto que no preocupa en muchos casos a los propietarios de inmuebles distintos de la vivienda habitual, por desconocimiento, negligencia o intento de ahorrar un pequeño gasto en comparación con los desembolsos que puede acarrear por ejemplo la indemnización a un transeúnte en el caso de que se desprenda accidentalmente algún elemento de la fachada de la casa familiar del pueblo, hiriendo a la persona, en cuyo caso ésta reclamará daños y perjuicios.
Otra situación frecuente, es la rotura de tuberías del apartamento de la playa, que pueden calar al vecino de abajo, que evidentemente reclamará la reparación de zonas afectadas, y todos los daños producidos en sus enseres, que pueden estar cubiertos si se dispone de seguro de vivienda.
Por otro lado, la segunda vivienda puede estar alquilada temporalmente a un inquilino, y en éste caso se pueden evitar muchos quebraderos de cabeza si se dispone al menos de un seguro hogar para inquilinos, que cubra la responsabilidad civil y el continente, aunque se recomienda también cubrir el contenido en el caso de que la casa se alquile incluyendo también mobiliario y enseres de la propiedad, así como coberturas ante impagos de rentas y su reclamación judicial, con coberturas de representación legal que garantizan una mayor tranquilidad ante los perjuicios que puede generar un inquilino moroso.
Cada vivienda presenta unas características particulares en función de su localización, características meteorológicas, instalaciones incluidas, carácter de edificación individual o en comunidad, grado de conservación, seguridad del lugar en el que se encuentra, y valor de los enseres y objetos incluidos, a la hora de estudiar cada presupuesto de seguro de hogar.
Por éstas razones, las coberturas incluidas en el seguro de vivienda habitual, no tienen por qué coincidir necesariamente con los que se contraten en el seguro segunda vivienda.
En cualquier caso, existen unas coberturas básicas a incluir en cualquier seguro hogar, aunque se trate de una vivienda estacional.
Como ves el seguro de segunda vivienda, aunque no sea obligatorio, si resulta muy necesario para garantizar una tranquilidad frente a ciertas responsabilidades, y evitar importantes desembolsos económicos de reparaciones que pueden quedar cubiertas con un gasto mínimo y controlado.
Nuestra recomendación por tanto es cubrir una serie de protecciones básicas sobre el continente o edificación, como pueden ser siniestros más habituales por fugas de agua, problemas eléctricos, roturas de elementos por robo, o daños por desastres naturales, a la vez que se tienen en cuenta unos mínimos de mantenimiento para conservar los inmuebles en un correcto estado de seguridad.
Dependiendo de cada caso particular, se puede valorar la inclusión dentro del seguro de segunda vivienda, de otras coberturas sobre el contenido, o excluir algunas de las básicas que puedan estar cubiertas por los seguros para comunidades de propietarios, por lo que siempre conviene estudiar el resto de pólizas que se tengan para comprobar inclusiones y exclusiones.
Algunas compañías aseguradoras de hogar, además ofrecen ciertas coberturas para viviendas no habitadas entre las que se incluyen por ejemplo los gastos de demolición en caso de necesidad.
Generalmente puede ser recomendable agrupar todas las pólizas de seguros en una misma compañía, para obtener un mejor asesoramiento por parte del asesor de previsión personal, que evitará que contrates garantías por duplicado y además aplicará los mejores descuentos y bonificaciones por fidelización.
Y si ya tienes firmada una póliza de seguro de segunda vivienda con el banco que te ha concedido el préstamo hipotecario, revisa las clausulas para ver si puedes mejorar rebajando la prima de la póliza seguro hogar, o cambiar una vez que haya trascurrido el primer año, aunque siempre deberás designar al banco como primer beneficiario en caso de siniestro total por el importe pendiente de amortizar.
En nuestra compañía de seguros generales, contamos con una trayectoria de más de dos siglos dedicados a la mediación de seguros contando con una enorme cartera de clientes satisfechos, así que no dudes en solicitarnos toda la información que precises, contactando con nosotros aquí: Fidelidade, y adaptaremos todos tus seguros a tus necesidades reales y presupuesto, para ofrecerte el mejor seguro de hogar y segundas viviendas.