Para conseguir un comercio seguro es fundamental saber elegir el lugar donde situar nuestro negocio. La adecuada ubicación del local favorece la afluencia de clientes y nos facilita la presentación de nuestra oferta.
Debemos valorar nuestras posibilidades de ubicación de manera objetiva y subjetiva para lograr un comercio seguro que al mismo tiempo sea atractivo para los futuros clientes
En general, a todos los establecimientos comerciales les benefician las calles concurridas, ya que en ellas los potenciales clientes se multiplican.
Esto no pasa con la competencia. Mientras que a algunos les perjudica que la ubicación de su competencia se encuentre cerca de su negocio, a otros esta cuestión les beneficia, siendo uno de los puntos fuertes a la hora determinar si existe un comercio seguro en esa zona
Negocios de ropa, calzado, moda, muebles o decoración. Estos establecimientos cuentan con accesos a la calle y suelen disponer de escaparates para llamar la atención de los transeúntes hacia las promociones.
En época de rebajas, encontramos las cristaleras adornadas con grandes carteles que invitan a aprovechar los descuentos.
Las promociones o novedades en nuestro catálogo encuentran en el escaparate un soporte publicitario inmejorable para las personas que circulan por nuestra zona y para los clientes que asiduamente nos visitan, que pueden conocer de un vistazo las novedades que les ofrecemos.
Desde la prestigiosa revista “Emprendedores”, aseguran que para un comercio o una empresa de servicios a particulares, “el local tiene que estar a pie de calle y lo mejor es evitar escaleras que son contempladas como una barrera arquitectónica para muchos potenciales clientes”.
Además, advierten tener cuidado con los sótanos, que suman metros al coste del local pero su escasa utilidad práctica reduce las posibilidades de hablar de comercio seguro. Los locales a pie de calle tienen la gran ventaja de una mayor visibilidad.
Desde “Infofranquicias” aseguran que esta ubicación es básica si queremos tener un establecimiento donde el flujo de clientes sea constante. Además, los consumidores recuerdan mejor el establecimiento.
“Una buena visibilidad implica que nuestro local puede ser visto por peatones y desde los vehículos; es decir, publicidad a la vista. Cuanto mayor es esa visibilidad más expectativas hay de que los clientes se den cuentan de que el negocio está abierto y de conocer qué es lo que vende”.
A todos estos factores conviene añadir además la valoración de la dinámica del vecindario de día, de noche y en las distintas épocas del año. Y dotar nuestro local de las adecuadas medidas de protección y seguridad para reducir el riesgo a que sucedan imprevistos dentro y fuera del horario de atención al público. El comercio seguro es un concepto que engloba las necesidades de tu negocio las 24 horas del día
Por ejemplo, en un polígono industrial se suele concentrar mayor frecuencia de robos que en una zona céntrica de un núcleo urbano. En el lado opuesto, zonas urbanas suelen contar con un índice de vandalismo superior, algo que se puede apreciar por ejemplo por la cantidad de pintadas en las fachadas del vecindario.
Los comercios seguros están dotados de medidas de protección para blindar todos sus huecos accesibles mediante cierres metálicos, sistemas de alarma o cristales de seguridad. Para sortear los ataques vandálicos, otros más creativos han optado por unirse a la corriente de arte urbano y decorar sus cierres y a veces sus fachadas con murales para evitar las pintadas espontáneas.
No obstante, aun disponiendo de las mejores medidas de protección y seguridad, no existe un comercio seguro que no pueda sufrir imprevistos que puedan afectar a su actividad empresarial y pon ende empeorar su cuenta de resultados.
El seguro de comercio constituye un mecanismo sencillo y completo para garantizar la resolución de la mayoría de imprevistos que puedan afectar a nuestro actividad comercial y garantizar un comercio seguro.
Más allá de la salvaguarda del propio establecimiento en un sentido amplio (es decir, del local o los bienes y mercancías que lo integran), el seguro de comercio se ha convertido en una solución multirriesgo que facilita el restablecimiento de la actividad en un plazo de tiempo más corto cuando sufrimos daños materiales.
Además, tiene en cuenta la dotación de fondos para cubrir los gastos fijos cuando este imprevisto nos impide mantener la actividad o la solvencia para cumplir con las indemnizaciones de las que resultemos civilmente responsables ante clientes, empleados o terceras personas en general.
Curiosamente, el coste de una póliza para lograr el comercio seguro de un local pequeño o mediano resulta muy asequible. Digamos que asegurar un pequeño colmado de barrio cuesta al año menos de lo que supone el coste de un seguro de coche a todo riesgo.
Esto engloba la sensación de seguridad de nuestro negocio frente a incidentes que son muy habituales como por ejemplo los daños, el robo, la pérdida de beneficios o la responsabilidad civil que puede surgir de la rotura del cristal del escaparate.
Los agentes de seguros pueden orientarnos para determinar las coberturas que garantizan un comercio seguro en función de las necesidades de nuestro local. También nos ayudarán para que consignemos correctamente la situación del establecimiento y sus sistemas de protección contra incendio o robo.
Por ello hemos empezado hablando de la localización de nuestro negocio. Gran parte de estos detalles dependerán en gran medida de si nuestro establecimiento se encuentra a pie de calle o en una planta intermedia.
Si bien la afluencia de público a una zona determinada es un factor a considerar para elegir el barrio donde queremos establecernos, hay otros factores que conviene tener en cuenta al decidir si lo queremos situar a pie de calle o en un edificio.
En un establecimiento en el que se venden bienes de consumo, sea de alimentación, textil o mobiliario, la ubicación a pie de calle constituye en gran medida una garantía de clientela. Sin embargo, en el caso de despachos o servicios a empresas, la situación a pie de calle comprende una serie de inconvenientes que debemos considerar.
Sabemos que las facilidades para acceder desde la calle no deben suponer un menoscabo de la seguridad de nuestros clientes y del propio negocio, por lo que deberemos dotar el establecimiento de las adecuadas medidas de seguridad para reducir el riesgo de sufrir robos.
Estos mecanismos de protección tienen un coste que debemos asumir por completo dentro de los gastos fijos de nuestro negocio. Sin embargo, en el caso de las oficinas y despachos, la clientela no depende tanto de la visibilidad que tenga el establecimiento a la calle, por lo que es frecuente optar por locales situados en pisos intermedios de tal forma que cubrimos las necesidades y mantenemos un comercio seguro
No obstante, para facilitar la localización y visibilidad de nuestro negocio, se recomienda disponer de rótulos que ayuden a los clientes a encontrar nuestras dependencias. Y que suelen incluirse también dentro de las coberturas del seguro de comercio.
Bien se encuentre a pie de calle o en un edificio, disponer de una póliza de comercio que incluya las coberturas adecuadas a nuestra actividad y ubicación nos garantiza nuestra capacidad de respuesta ante imprevistos.
En los seguros multirriesgo de comercio existen una serie de coberturas consideradas como básicas que, en el caso de Fidelidade, están integradas por garantías ante incendio, explosión, caída de rayo, humo, fenómenos extraordinarios, salvamento y reconstrucción de documentos.
Además, algunas aseguradoras como Fidelidade incluyen dentro de este paquete básico los daños por agua, los daños eléctricos a la maquinaria y equipos así como la rotura de cristales, espejos, loza o rótulos, incluido el escaparate, entre otras coberturas básicas.
Dentro de las coberturas opcionales (aquellas que se pueden añadir al paquete básico de la póliza) la mayoría de los comercios incluyen servicios de asistencia para la reconstrucción de los daños al local y emergencias así como garantías de robo, pérdida de beneficios o avería maquinaria.
Y, por supuesto, la cobertura de responsabilidad civil para cubrir las indemnizaciones a clientes y terceros, de obligada contratación en el caso de sectores como la restauración.
Incluir en la póliza estas garantías, además de consignar adecuadamente el local y los capitales, nos garantizará que recibamos la mejor respuesta para que nuestro negocio continúe con su actividad a prueba de imprevistos. Esté donde esté.
Al contratar una póliza de comercio conviene comprobar que disponemos de las coberturas necesarias para nuestro tipo de actividad, bien como parte del paquete básico que ofrece el seguro, como de una ampliación personal. La aseguradora debe conocer la ubicación del local y sus características para asegurar las necesidades de nuestra actividad comercial frente a futuros incidentes.
Es aquí donde entra en juego la figura del agente de seguros. No es lo mismo las características del local que están plasmadas en la escritura, que las necesidades que presenta este a la hora de contratar un seguro. La empatía es fundamental en este tipo de trabajadores, que saben ponerse en tu lugar como empresario y ofrecerte todas las cuestiones que permitan la optimización de tu negocio.
El agente de seguros debe conocer las diferentes modalidades de seguros multiriesgos, y aconsejar al empresario cual es el que más le conviene tras el estudio de su local.